La confianza no es un espectro, es un interruptor

La confianza no es un espectro, es un interruptor. Y en tu relación, probablemente está apagado.

Hemos normalizado la idea de que la confianza en la pareja tiene matices. Que se puede confiar «mucho», «poco» o «más o menos». Pero esa es una lógica que aplica a un socio de negocios, a un nuevo amigo o a un colega. En el universo de la pareja, la confianza es binaria. Es un interruptor: está en ON o está en OFF. No hay un regulador de intensidad.

En otras relaciones, puedes confiar en alguien para ciertas cosas y no para otras. Confías en que tu compañero de trabajo entregará su parte del informe, pero no le contarías tus secretos más íntimos. Eso es un espectro.

En una pareja, la confianza es el cimiento sobre el cual se construye absolutamente todo. No es una pared, no es una ventana. Es la base. Y una base no puede estar «un poco» sólida. O lo está, o no lo está. Cualquier fisura significa que la estructura es inestable.

Por eso, esas «pequeñas» contradicciones que vemos a diario no son matices de la confianza. Son la prueba irrefutable de su total ausencia. Son la evidencia de que el interruptor, aunque juremos que está encendido, en realidad está en OFF.

Analicemos estas paradojas desde la lógica binaria:

«Confío en ti, pero reviso tu celular».

La Realidad Binaria: No confías. Fin de la discusión. La confianza es la ausencia de pruebas. En el instante en que buscas evidencia, has declarado tu falta de confianza. Estás operando en modo «OFF», reemplazando la certeza con la vigilancia.

«Puedes salir con quien quieras, pero mándame tu ubicación en tiempo real».

La Realidad Binaria: No confías. La confianza otorga libertad, no una libertad condicional monitoreada por GPS. Un «sí, pero…» en este ámbito es un «no» rotundo. El interruptor está en «OFF».

«No soy celoso/a, pero no me gusta que hables con esa persona».

La Realidad Binaria: No confías. La confianza respeta el criterio y la integridad de la pareja. Imponer vetos a sus interacciones sociales es una declaración directa de que no crees en su lealtad. El interruptor está en «OFF».

«Creo que eres honesto/a, pero necesito que me cuentes otra vez qué hiciste, con todos los detalles».

La Realidad Binaria: No confías. La confianza valida la palabra del otro sin necesidad de un polígrafo emocional. Someter a la pareja a un interrogatorio es tratarla como a un sospechoso. El sistema operativo es la duda, por lo tanto, el interruptor está en «OFF».

«Ya te perdoné esa infidelidad, pero la usaré como argumento en nuestra próxima pelea».

La Realidad Binaria: Ni perdonaste, ni confías. El perdón no restaura la confianza, es solo una tregua, es una paz para quien la otorga, pero seguramente no se ha accionado para una re-vinculación. Mantener el error pasado como munición demuestra que la base nunca se reconstruyó. El interruptor jamás volvió a «ON».

Dejemos de autoengañarnos. La necesidad de verificar, monitorear o limitar no es una «inseguridad tuya» que tu pareja debe «entender». Es la manifestación de una ausencia total de confianza.

En una relación de pareja, no se puede estar «un poco» embarazada. O lo estás, o no lo estás. De la misma forma, no se puede «confiar un poco». O confías plenamente, con todo lo que implica —libertad, fe, paz mental—, o simplemente no confías. Y es crucial que seamos honestos sobre en qué posición está realmente nuestro interruptor.