El Mito del Superviviente

El «mito del superviviente» es un fenómeno cognitivo y social que se refiere a la tendencia a sobreestimar las probabilidades de éxito basándose en historias de individuos que han logrado destacarse en situaciones extremas o difíciles. Este mito se genera al observar a los pocos que han triunfado y asumir que su éxito puede ser replicado fácilmente por otros, ignorando a la gran mayoría que no ha alcanzado resultados similares.

Definición y Origen del Mito del Superviviente

El mito del superviviente se refiere a la falacia lógica donde se toma en cuenta solo a los sobrevivientes o casos exitosos al evaluar la probabilidad de éxito, ignorando a aquellos que no lo lograron. Este sesgo puede ser observado en diferentes contextos, desde el mundo empresarial hasta las historias de superación personal.

Ejemplos Comunes del Mito del Superviviente

  • Empresas Exitosas: Se estudian empresas que han tenido éxito extraordinario sin considerar las innumerables empresas que fracasaron siguiendo estrategias similares (Taleb, 2007).
  • Historias de Éxito Personal: Biografías de individuos que superaron adversidades extremas pueden dar una falsa impresión de que el éxito es alcanzable por cualquiera que siga su ejemplo.
  • Industria del Entretenimiento: La popularidad de ciertos artistas o deportistas se toma como prueba de que el talento y el trabajo duro siempre llevan al éxito, ignorando a los muchos que no lo logran.

Impacto del Mito del Superviviente

Este mito puede tener varios impactos negativos:

  • Expectativas Irrealistas: Crear expectativas poco realistas sobre lo que se puede lograr, llevando a la desilusión y el desaliento.
  • Subestimación del Riesgo: Minimizar los riesgos asociados con ciertas decisiones, ya que solo se ven los casos exitosos.
  • Falsa Causalidad: Atribuir el éxito a características o acciones específicas sin considerar otros factores contextuales o aleatorios.

Factores Contribuyentes

El mito del superviviente es alimentado por varios factores:

  • Sesgo de Selección: Se enfoca en los casos exitosos sin considerar los fracasos.
  • Sesgo de Confirmación: Las personas tienden a buscar y valorar la información que confirma sus creencias previas.
  • Narrativas Atractivas: Las historias de éxito son más atractivas y se difunden más fácilmente que las historias de fracaso.

Análisis Crítico y Contramedidas

Para abordar el mito del superviviente, es crucial adoptar un enfoque crítico y equilibrado:

  • Consideración de la Base Completa: Evaluar tanto a los éxitos como a los fracasos para tener una visión más precisa de la probabilidad de éxito.
  • Análisis Estadístico: Utilizar métodos estadísticos para entender la distribución de los resultados en una población completa (Kahneman, 2011).
  • Enfoque en el Proceso: Valorar el proceso y las condiciones que llevaron al éxito en lugar de enfocarse solo en el resultado final.

Conclusión

El mito del superviviente es una falacia común que puede distorsionar la percepción del éxito y las probabilidades de alcanzarlo. Al reconocer y abordar este sesgo, es posible tomar decisiones más informadas y realistas, tanto a nivel personal como profesional.

Referencias

  • Kahneman, D. (2011). Thinking, Fast and Slow. New York: Farrar, Straus and Giroux.
  • Taleb, N. N. (2007). The Black Swan: The Impact of the Highly Improbable. New York: Random House.
  • Mandelbrot, B. B., & Hudson, R. L. (2004). The (Mis)Behavior of Markets: A Fractal View of Risk, Ruin, and Reward. New York: Basic Books.
  • Tversky, A., & Kahneman, D. (1974). Judgment under Uncertainty: Heuristics and Biases. Science, 185(4157), 1124-1131.

El Cambio de Creencias a lo Largo del Tiempo: Un Proceso Natural y Necesario

El cambio de creencias es un fenómeno que ocurre de manera natural a lo largo de nuestras vidas. Este proceso, aunque a menudo se percibe como complejo, es en realidad una parte intrínseca de nuestro desarrollo cognitivo y emocional. Diversas investigaciones en psicología cognitiva han demostrado que nuestras creencias no son estáticas; evolucionan a medida que adquirimos nuevas experiencias y conocimientos.

Las creencias pueden definirse como la aceptación mental o la convicción en la verdad de una idea (Schwitzgebel, 2010). A lo largo del tiempo, nuestras creencias se ven influenciadas por múltiples factores, incluyendo la interacción social, la educación y las experiencias personales. Según Connors y Halligan (2015), el proceso de formación de creencias implica varios niveles de complejidad cognitiva. Estos niveles abarcan desde procesos automáticos y no conscientes hasta evaluaciones conscientes y deliberadas.

En el campo de la psicología cognitiva, se han propuesto varios modelos para explicar cómo y por qué cambian nuestras creencias. Uno de estos modelos sugiere que las creencias pasan por un ciclo de evolución similar al de las estaciones del año. En este ciclo, una nueva creencia se forma, se consolida y eventualmente puede ser reemplazada por otra más relevante conforme cambian nuestras circunstancias y adquirimos nueva información (Connors & Halligan, 2015).

El cambio de creencias también puede ser visto desde una perspectiva de regulación emocional. Las creencias no solo están ligadas a procesos cognitivos, sino que también están profundamente influenciadas por nuestras emociones. La regulación emocional juega un papel crucial en cómo manejamos y modificamos nuestras creencias. Por ejemplo, aprender a manejar el estrés y la ansiedad puede facilitar el proceso de aceptar y adoptar nuevas creencias (Oxford University Press, 2014a).

Comprender y gestionar el cambio de creencias puede tener un impacto significativo en nuestra vida diaria. Ser conscientes de este proceso nos permite ser más flexibles y adaptativos, lo que es crucial para el crecimiento personal y profesional. Al reconocer que nuestras creencias pueden cambiar, podemos abordar los desafíos con una mente abierta y estar dispuestos a reevaluar nuestras suposiciones y prejuicios.

Referencias

Connors, M. H., & Halligan, P. W. (2015). A cognitive account of belief: A tentative road map. *Frontiers in Psychology, 5*, 1588. doi:10.3389/fpsyg.2014.01588

Oxford University Press. (2014a). An Emotion Regulation Perspective on Belief Change. In *The Oxford Handbook of Cognitive Psychology*.

Responsabilidad Afectiva

Las personas que carecen de responsabilidad afectiva suelen presentar ciertos patrones conductuales característicos. Algunos de ellos son:

  • Falta de empatía y dificultad para ponerse en el lugar de los demás y comprender sus emociones.
  • Tendencia a actuar de manera egoísta y centrada en sus propios deseos e intereses, sin considerar el impacto en los demás.
  • Dificultad para establecer y mantener relaciones interpersonales profundas y duraderas.
  • Falta de compromiso y responsabilidad en sus relaciones, tanto románticas como amistosas y familiares.
  • Tendencia a ser poco confiables y no cumplir con sus promesas o compromisos.
  • Dificultad para asumir las consecuencias de sus actos y culpar a otros por sus errores.
  • Comportamiento manipulador y tendencia a utilizar a las personas para satisfacer sus propias necesidades.
  • Falta de remordimiento o culpa por herir o dañar a otros emocionalmente.
  • Dificultad para establecer vínculos emocionales profundos y duraderos.
  • Tendencia a evitar situaciones que requieran un compromiso emocional o responsabilidad afectiva.

Es importante tener en cuenta que estas características pueden variar en intensidad y que algunas personas pueden presentar solo algunas de ellas.

Referencias

Meloy, J. R. (2001). Apuntes sobre la psicopatía interpersonal y afectiva. Editorial Sanz y Torres.

Hare, R. D. (2003). Manual para la Revision de la Escala de Evaluación de Psicopatía Revisada (PCL-R) (2da ed.). Editorial Multi-Health Systems.

American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). American Psychiatric Publishing.

Cleckley, H. (1988). The mask of sanity: An attempt to clarify some issues about the so-called psychopathic personality (5th ed.). Emily S. Cleckley.

Decety, J., & Cowell, J. M. (2014). The complex relation between morality and empathy. Trends in Cognitive Sciences, 18(7), 337-339. https://doi.org/10.1016/j.tics.2014.04.008

Eisenberg, N. (2000). Emotion, regulation, and moral development. Annual Review of Psychology, 51(1), 665-697. https://doi.org/10.1146/annurev.psych.51.1.665

Impacto del matrimonio y el divorcio en el bienestar Infantil

Los estudios sobre el impacto en los niños de padres que se quedaron juntos por ellos en comparación con aquellos cuyos padres se divorciaron indican que la situación puede variar significativamente según varios factores, incluidos el nivel de conflicto y la calidad de la relación de los padres. A continuación, se presentan algunos puntos clave basados en investigaciones recientes:

Matrimonios Infelices y su Impacto en los Niños:

    • Los niños son muy perceptivos y pueden detectar la tensión y el conflicto entre sus padres, incluso si no se expresan de manera explícita. Permanecer en un matrimonio infeliz puede afectar negativamente el bienestar emocional de los niños, llevándolos a experimentar estrés, ansiedad y problemas de comportamiento.

    Comparación de Impactos:

      • En general, los niños de padres divorciados tienden a experimentar más problemas a corto y largo plazo en comparación con aquellos cuyos padres no se divorcian. Sin embargo, los problemas suelen ser más graves si los padres permanecen juntos en un ambiente altamente conflictivo.

      Efectos Negativos de los Matrimonios Infelices:

        • La permanencia en un matrimonio infeliz «por el bien de los niños» puede causar más daño que bien. Ver a sus padres en una relación infeliz tiene consecuencias negativas significativas para los niños, incluida la posible normalización de relaciones insatisfactorias y conflictivas.

        Beneficios de la Separación en Ambientes de Alto Conflicto:

          • En situaciones de alto conflicto, los niños pueden beneficiarse más si los padres se divorcian y gestionan bien la separación, en lugar de permanecer juntos en un ambiente hostil. La gestión activa y saludable de la separación puede ayudar a mitigar los efectos negativos en los niños.

          Problemas a Largo Plazo:

            • Los niños de padres que permanecen juntos en un matrimonio infeliz pueden desarrollar problemas de comportamiento y dificultades en sus propias relaciones en el futuro. Mientras que los niños de padres divorciados también pueden enfrentar desafíos, estos suelen estar relacionados con la estabilidad económica y el ajuste a nuevas dinámicas familiares.

            En resumen, la decisión de quedarse juntos o divorciarse debe considerar el nivel de conflicto y el bienestar general del entorno familiar. En algunos casos, el divorcio gestionado adecuadamente puede ser menos perjudicial que permanecer en una relación conflictiva y poco saludable.

            Referencias

            Freed Marcroft. (2023, October 8). What’s better for kids: Staying in an unhappy marriage or divorce? Retrieved from https://freedmarcroft.com/whats-better-for-kids-staying-in-an-unhappy-marriage-or-divorce/

            Rec Parenting. (2024, February 14). Should we divorce or stay together for the kids? Retrieved from https://www.recparenting.com/es/para-padres/should-we-divorce-or-stay-together-for-the-kids/

            Fishel, A. (2024, April 25). 3 problems with staying together for the kids. Psychology Today. Retrieved from https://www.psychologytoday.com/us/blog/communicating-through-change/202404/staying-together-for-the-kids

            Child Encyclopedia. (n.d.). How parents can help children cope with separation/divorce. Retrieved from https://www.child-encyclopedia.com/divorce-and-separation/according-experts/how-parents-can-help-children-cope-separationdivorce

            Shaheen & Gordon, P.A. (2024, January 31). Understanding the impact of divorce on children. Retrieved from https://www.shaheengordon.com/blog/2024/january/understanding-the-impact-of-divorce-on-children/

              La Psicología y las Psico-obviedades en Redes Sociales: Un Análisis Crítico

              En la era digital, las redes sociales se han convertido en una plataforma poderosa para la difusión de información, incluyendo el campo de la psicología. Muchos psicólogos utilizan estas plataformas para compartir conocimientos, consejos y reflexiones sobre la salud mental. Sin embargo, esta tendencia también ha dado lugar a lo que algunos críticos llaman «psico-obviedades», contenidos que, aunque bien intencionados, pueden simplificar en exceso o malinterpretar conceptos psicológicos complejos.

              La Popularización de la Psicología en Redes Sociales

              Las redes sociales como Instagram, TikTok y Twitter han democratizado el acceso a la información, permitiendo que cualquier persona con un dispositivo y conexión a internet pueda compartir y consumir contenido sobre salud mental. Esto ha tenido efectos positivos, como la desestigmatización de los problemas de salud mental y la promoción de la búsqueda de ayuda profesional. Psicólogos y terapeutas han encontrado en estas plataformas un medio para llegar a un público más amplio, ofreciendo apoyo y recursos accesibles.

              La Psico-obviedad: Simplificación y Sensacionalismo

              Sin embargo, la naturaleza de las redes sociales, que premia el contenido breve y atractivo, puede llevar a la simplificación excesiva de temas complejos. Las «psico-obviedades» son mensajes simplificados y a menudo sensacionalistas que pretenden ofrecer soluciones rápidas y fáciles a problemas profundos y multifacéticos. Frases como «Elimina a las personas tóxicas de tu vida» o «Piensa positivo y todo se resolverá» pueden ser reconfortantes en su simplicidad, pero rara vez capturan la realidad y la complejidad de los desafíos psicológicos.

              Estas simplificaciones pueden ser perjudiciales. Pueden llevar a malentendidos sobre la naturaleza de los trastornos mentales y las soluciones efectivas. Además, pueden trivializar el trabajo riguroso y matizado que los psicólogos realizan en sus consultas. La psicología es una ciencia que se basa en evidencia y un análisis profundo de cada caso individual, algo que no se puede resumir en un tweet o una publicación de Instagram.

              Impacto en la Percepción de la Psicología

              La proliferación de psico-obviedades también puede afectar la percepción pública de la psicología como disciplina. Cuando los conceptos psicológicos se trivializan, se corre el riesgo de que el público pierda el respeto por la profesión y subestime la seriedad y la formación necesaria para practicarla. Además, puede llevar a que las personas busquen soluciones rápidas y desestimen la necesidad de un tratamiento profesional adecuado.

              Responsabilidad de los Psicólogos en Redes Sociales

              Los psicólogos que eligen compartir contenido en redes sociales tienen una responsabilidad ética de hacerlo de manera precisa y profesional. Esto incluye evitar simplificaciones excesivas y proporcionar contexto adecuado para sus afirmaciones. Es importante que se esfuercen por educar al público sobre la complejidad de la salud mental y la importancia de buscar ayuda profesional cuando sea necesario.

              Conclusión

              Las redes sociales ofrecen una oportunidad valiosa para la divulgación de la psicología y la promoción de la salud mental. Sin embargo, es crucial que los profesionales sean conscientes de los riesgos de simplificar en exceso y crear psico-obviedades. La psicología es una disciplina compleja que requiere un enfoque matizado y basado en evidencia. Los psicólogos deben esforzarse por mantener la integridad de su profesión y asegurar que su presencia en las redes sociales contribuya positivamente a la comprensión pública de la salud mental.

              Claro, aquí tienes algunas referencias bibliográficas que podrían ayudarte a sustentar el análisis crítico sobre la psicología y las psico-obviedades en redes sociales:

              Referencias Bibliográficas

              Foucault, M. (1977). Discipline and Punish: The Birth of the Prison. Pantheon Books.

              Harré, R. (2002). Public Understanding of Science. In Handbook of Science Communication (pp. 95-105). CRC Press.

              Lupton, D. (2014). Digital Sociology. Routledge.

              Rosenfield, P. (2014). Communicating Science: A Practical Guide for Scientists. Cambridge University Press.

              Boyd, D. (2014). It’s Complicated: The Social Lives of Networked Teens. Yale University Press.

              Goffman, E. (1959). The Presentation of Self in Everyday Life. Anchor Books.

              Livingstone, S. (2008). Taking Risky Opportunities in Youthful Content Creation: Teenagers’ Use of Social Networking Sites for Intimacy, Privacy and Self-Expression. New Media & Society, 10(3), 393-411.

              Smith, C., & Smith, M. (2018). The Science of Communicating Science: The Ultimate Guide. Springer.

              Turkle, S. (2011). Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other. Basic Books.

              Carr, N. (2010). The Shallows: What the Internet Is Doing to Our Brains. W. W. Norton & Company.

                Separar las Creencias Personales del Modelo Terapéutico: Un Imperativo Ético

                En el campo de la terapia, es fundamental que los terapeutas mantengan una distinción clara entre sus propias creencias y valores personales y el enfoque terapéutico que aplican. Mezclar estos dos aspectos puede socavar la integridad del proceso terapéutico y potencialmente causar daño al cliente. En este ensayo, exploraremos las razones por las cuales es crucial que los terapeutas eviten imponer sus creencias personales en la terapia y, en su lugar, adhieran fielmente a los principios y técnicas del modelo terapéutico elegido.

                En primer lugar, el objetivo primordial de la terapia es ayudar al cliente a alcanzar sus metas y abordar sus desafíos de una manera ética y efectiva (Corey, 2017). Cuando un terapeuta impone sus propias creencias o valores, corre el riesgo de desviar la atención del cliente y de sus necesidades específicas. Esto puede llevar a una terapia sesgada y potencialmente ineficaz, ya que el enfoque se centra en las preocupaciones del terapeuta en lugar de en las del cliente.

                Además, los modelos terapéuticos establecidos están respaldados por investigaciones científicas y han demostrado su efectividad a través de pruebas rigurosas (Baer, 2019). Al adherirse a estos modelos, los terapeutas garantizan que están utilizando técnicas y enfoques validados empíricamente, lo que aumenta las posibilidades de un resultado positivo para el cliente. Si un terapeuta incorpora sus propias creencias personales, puede comprometer la integridad del modelo terapéutico y socavar la base científica que lo sustenta.

                Otro aspecto crucial es el respeto por la autonomía y la autodeterminación del cliente (American Psychological Association, 2017). Al imponer sus creencias personales, el terapeuta corre el riesgo de infringir los derechos y la libertad de elección del cliente. Esto puede generar una dinámica de poder desigual y socavar la confianza y la alianza terapéutica, elementos fundamentales para el éxito de la terapia.

                Finalmente, mezclar creencias personales y modelo terapéutico puede plantear problemas éticos y legales (Pope & Vásquez, 2016). Dependiendo de la naturaleza de las creencias impuestas, un terapeuta podría estar violando los códigos de conducta profesional. Esto no solo pone en peligro la relación terapéutica, sino que también puede dañar la reputación y la credibilidad del terapeuta y de la profesión en general.

                En conclusión, es imperativo que los terapeutas mantengan una separación clara entre sus creencias personales y el modelo terapéutico que practican. Al hacerlo, garantizan que la terapia se centre en las necesidades y metas del cliente, que se utilicen técnicas respaldadas por la investigación y que se respete la autonomía y la autodeterminación del cliente. Además, evitan problemas éticos potenciales. En última instancia, esta separación es esencial para mantener la integridad del proceso terapéutico y asegurar el bienestar del cliente.

                Referencias

                American Psychological Association. (2017). Ethical principles of psychologists and code of conduct. https://www.apa.org/ethics/code/

                Baer, R. A. (2019). Evidence-based mindfulness practices for a diverse world. En I. Ivtzan (Ed.), Handbook of mindfulness-based programmes: Mindfulness intervention from education to health and therapy (pp. 35-52). Routledge.

                Corey, G. (2017). Theory and practice of counseling and psychotherapy (10th ed.). Cengage Learning.

                Pope, K. S., & Vásquez, M. J. T. (2016). Ethics in psychotherapy and counseling: A practical guide (5th ed.). John Wiley & Sons.

                ¿Amor o dependencia?

                El amor y la dependencia son dos conceptos muy diferentes que a menudo se confunden en relaciones tormentosas y dañinas. Es importante distinguirlos para poder reconocer patrones poco saludables y tomar medidas para construir vínculos más sanos.

                El amor implica una conexión profunda, un apego sano y un deseo genuino de ver feliz y realizado a la otra persona. Implica respeto, confianza, comprensión y aceptación mutuos. En una relación amorosa sana, ambas partes se sienten libres de ser ellas mismas sin temor a ser juzgadas o controladas. Hay espacio para la individualidad y el crecimiento personal.

                Por otro lado, la dependencia emocional es un apego enfermizo y obsesivo que suele derivar de una falta de autoestima y seguridad en uno mismo. La persona dependiente teme perder a su pareja y hace cualquier cosa por complacerla y mantenerla a su lado, incluso sacrificando su propia identidad y bienestar. Esta necesidad de aprobación y validación externas muchas veces conduce a patrones de codependencia, sumisión, manipulación y conductas controladoras.

                En las relaciones tormentosas, la línea entre amor y dependencia se desdibuja peligrosamente. La dependencia emocional suele manifestarse como celos enfermizos, inseguridades, desconfianza, necesidad excesiva de atención y drásticos cambios de humor. Estos comportamientos pueden derivar en abuso verbal, emocional o incluso físico. La persona dependiente puede aferrarse a su pareja aunque la relación sea tóxica e insana, temerosa de perder ese vínculo del cual depende su identidad y autoestima.

                Desde un punto de vista psicológico, la dependencia emocional a menudo tiene raíces en experiencias de la infancia como falta de afecto, abandono, negligencia o apegos inseguros con los cuidadores. Las creencias disfuncionales sobre uno mismo y sobre las relaciones de pareja también pueden alimentar estos patrones adictivos en el amor. El ciclo de la violencia y el abuso también puede dejar cicatrices que aumentan la dependencia emocional hacia el perpetrador.

                Es crucial aprender a diferenciar el amor sano de la dependencia enfermiza. El amor no debería herir ni limitar a las personas involucradas, sino permitirles desarrollarse, crecer y alcanzar su máximo potencial juntas. La terapia, el trabajo en la autoestima y el establecimiento de límites personales son claves para romper el ciclo de las relaciones tormentosas y aprender a amar de una manera más plena y saludable.

                Referencias

                Bornstein, R. F. (2016). The complex relationship between dependency and domestic violence: Converging psychological factors and social forces. American Psychologist, 71(6), 470-481. https://doi.org/10.1037/a0040313

                Feeney, J. A. (2008). Adult romantic attachment: Developments in the study of couple relationships. En J. Cassidy & P. R. Shaver (Eds.), Handbook of attachment: Theory, research, and clinical applications (pp. 456-481). The Guilford Press.

                Lerner, H. G. (1989). The dance of intimacy: A woman’s guide to courageous acts of change in key relationships. Harper & Row.

                Murphy, C. M., & Eckhardt, C. I. (2005). Treating the abusive partner: An individualized cognitive-behavioral approach. The Guilford Press.

                Perel, E. (2017). The state of affairs: Rethinking infidelity. Harper.

                Shaver, P. R., & Mikulincer, M. (2012). An attachment perspective on coping with eating-related trauma. En P. Costanzo & R. Stein (Eds.), Helados, tortas y bombones: Exploraciones psicoanalíticas sobre el comer y el apetito (pp. 195-219). Lumen.

                Young, J. E., Klosko, J. S., & Weishaar, M. E. (2003). Schema therapy: A practitioner’s guide. The Guilford Press.

                La trampa de la codependencia: Reconociendo y desmantelando los comportamientos adictivos en las relaciones interpersonales

                La codependencia se caracteriza por una preocupación excesiva por las necesidades de los demás, a expensas de las propias necesidades. Las personas codependientes a menudo tienen una autoestima baja y una sensación de falta de control sobre sus vidas (Beattie, 2009). Pueden sentirse responsables por el bienestar de los demás y tratar de controlar o cambiar a su pareja o familiares, en lugar de concentrarse en su propio crecimiento personal (Whitfield, 1991).

                La codependencia es un trastorno psicológico en la cual alguien manifiesta una excesiva, y a menudo inapropiada, preocupación por los problemas de otra persona o de un colectivo.

                El codependiente asume un rol arquetípico mesiánico que invade todas las áreas de su vida y suele olvidarse de sí mismo y sus necesidades gradualmente para centrarse en los problemas del otro (su pareja, un familiar, un amigo, una causa social, etc.). Por ello, es muy común que se relacione con gente «problemática», justamente para poder rescatarla y crear de este modo un lazo que los una. Así es como el codependiente, al preocuparse por el otro, olvida sus propias necesidades y cuando la otra persona no responde como el codependiente espera, éste se frustra y se deprime. Con su constante ayuda, el codependiente busca generar, en el otro, la necesidad de su presencia, y al sentirse necesitado cree que de este modo nunca lo van a abandonar. Esta condición es grave ya que al no sentirse correspondido puede hacerse daño a sí mismo e incluso a la otra persona.

                Es muy común que en una relación el codependiente no pueda o le sea muy difícil poner límites y sencillamente todo lo perdone, a pesar de que la otra persona llegue a herirlo de manera deliberada. Esto es simplemente porque el codependiente confunde la «obsesión» y «adicción» que siente por el otro con un inmenso amor que todo lo puede. Por ende, el codependiente es incapaz de alejarse por sí mismo de una relación enfermiza, por más insana que ésta sea; y es muy común que llegue a pensar que más allá de esa persona se acaba el mundo, hasta que reconoce su condición psicológica y el codependiente decide hacer algo para cambiar la manera en que vive y así, terminar con la codependencia o no volver a generar su codependencia en otras personas o en futuras relaciones sociales.

                Algunos de los síntomas comunes de la codependencia incluyen:

                • Tener una visión distorsionada de uno mismo y de los demás
                • Preocuparse excesivamente por complacer a los demás
                • Sentirse responsable por el comportamiento de los demás aunque estas personas tengan comportamientos tóxicos o abusivos.
                • Tener dificultades para establecer límites saludables (aceptando maltratos físicos o psicológicos)
                • Tener una tendencia a negar o minimizar los problemas (Beattie, 2009)

                La codependencia a menudo se desarrolla en familias con problemas como el alcoholismo, la adicción o el abuso, donde los niños aprenden a satisfacer las necesidades de los demás antes que las suyas propias (Mellody, Miller, & Miller, 2003).

                A su vez para que se mantenga en el tiempo una conducta codependiente el otro protagonista debe manifestar un comportamiento dependiente ya que estas dinámicas se retroalimentan.

                Referencias:

                Beattie, M. (2009). Codependent no more: How to stop controlling others and start caring for yourself. Hazelden Publishing.

                Mellody, P., Miller, A. W., & Miller, J. K. (2003). Facing codependence: What it is, where it comes from, how it sabotages our lives. Harper San Francisco.

                Whitfield, C. L. (1991). Co-dependence: Healing the human condition. Health Communications, Inc.

                La Dogmatización de la Psicología Científica frente a la Psicología Considerada Pseudociencia

                La psicología, como disciplina dedicada al estudio del comportamiento humano y los procesos mentales, ha experimentado un constante debate entre lo que se considera ciencia legítima y lo que se etiqueta como pseudociencia. Este debate no solo involucra cuestiones epistemológicas y metodológicas, sino también políticas y sociales que afectan la percepción pública y la práctica profesional. En este ensayo, exploraremos cómo la dogmatización de la psicología científica puede influir en la manera en que se percibe y se trata a las ramas consideradas como pseudociencia en el campo psicológico.

                La psicología científica se basa en el método científico, que implica la formulación de hipótesis, la recolección y análisis de datos empíricos, y la revisión por pares de los hallazgos. Esta aproximación rigurosa ha permitido el desarrollo de teorías y tratamientos efectivos para una amplia gama de trastornos mentales y problemas de comportamiento. Sin embargo, esta rigidez en el enfoque científico también ha llevado a la exclusión de enfoques alternativos que no se ajustan fácilmente al paradigma dominante.

                Por otro lado, existen áreas dentro de la psicología que han sido etiquetadas como pseudociencia debido a su falta de evidencia empírica sólida o a la adopción de métodos que no son científicamente validados. Ejemplos de estas áreas incluyen la grafología, la astrología psicológica y algunas formas de psicoterapia alternativa. Aunque estas prácticas pueden carecer de fundamentos científicos sólidos, es importante considerar cómo la dogmatización de la psicología científica puede influir en la forma en que se abordan.

                La dogmatización puede manifestarse de varias maneras. Por ejemplo, los profesionales de la psicología científica pueden rechazar categóricamente cualquier enfoque que no se alinee con los métodos y principios aceptados por la corriente principal. Esto puede conducir a un menosprecio injustificado hacia las prácticas consideradas pseudocientíficas, sin siquiera considerar la posibilidad de que puedan ofrecer algún valor o insight.

                Además, la dogmatización puede afectar la percepción pública de la psicología en su conjunto. Cuando se presenta una imagen de la psicología como una disciplina monista y exclusivamente científica, se corre el riesgo de alienar a aquellos que encuentran valor en enfoques más alternativos o espirituales. Esto puede llevar a una desconfianza generalizada hacia la psicología como campo y dificultar el acceso a ayuda y tratamiento para quienes podrían beneficiarse de él.

                Por otro lado, la dogmatización también puede llevar a una negligencia injustificada de prácticas potencialmente peligrosas o ineficaces. Al descartar automáticamente las prácticas consideradas pseudocientíficas, se corre el riesgo de perder la oportunidad de examinar críticamente sus supuestos y descubrir aspectos que podrían ser útiles o, al menos, instructivos para el campo en su conjunto. La historia de la ciencia está llena de ejemplos donde ideas inicialmente descartadas fueron posteriormente revisadas y aceptadas después de un escrutinio más riguroso.

                En última instancia, la dogmatización de la psicología científica y la estigmatización de las prácticas consideradas pseudocientíficas pueden ser contraproducentes para el avance del campo y para el bienestar de aquellos que buscan ayuda psicológica. En lugar de cerrar las puertas a enfoques alternativos, es importante mantener una mente abierta y fomentar un diálogo respetuoso y crítico entre diferentes perspectivas dentro del campo de la psicología. Esto no solo enriquecerá nuestra comprensión de la mente humana, sino que también garantizará que la psicología siga siendo una disciplina relevante y accesible para todos.

                Referencias

                Rodera, M.L., & Azar, R.M. (2021). Filosofía de la ciencia: cómo impacta una enseñanza adecuada de la disciplina en el ámbito de la carrera de psicología. Acta Scientiarum. Human and Social Sciences.

                Ordi, H.G. (2018). Sobre la Validez y Eficacia de la Hipnosis Clínica. Valoración Crítica del Documento Observatorio OMC contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias en relación con la Hipnoterapia. Clínica y Salud. Investigación Empírica en Psicología, 29, 45-47.

                Oviedo, G.L. (2004). La definición del concepto de percepción en psicología con base en la teoría Gestalt. Revista De Estudios Sociales, 89-96.

                Rodera, M.L., & Azar, R.M. (2021). Filosofía de la ciencia: cómo impacta una enseñanza adecuada de la disciplina en el ámbito de la carrera de psicología. Acta Scientiarum. Human and Social Sciences.

                La falacia de la recompensa divina

                La falacia de la recompensa divina es una distorsión cognitiva que implica aceptar una creencia o realizar una acción basada en la promesa de una recompensa sobrenatural o divina, en lugar de considerar evidencias y razonamientos lógicos. Esta distorsión cognitiva se produce debido a diversos sesgos y heurísticas que afectan nuestro pensamiento y toma de decisiones.

                1. Sesgo de deseabilidad: Las personas tienden a creer más fácilmente en aquello que desean que sea verdadero, especialmente cuando se promete una recompensa deseable (Kunda, 1990). La promesa de una recompensa divina o sobrenatural apela a este sesgo, haciendo que las personas acepten la creencia sin cuestionar su veracidad.
                2. Heurística de la autoridad: Las personas suelen confiar en figuras de autoridad percibidas, como líderes religiosos o textos sagrados (Cialdini, 2009). Cuando estas autoridades prometen recompensas divinas, las personas tienden a aceptar sus afirmaciones sin un análisis crítico.
                3. Sesgo de confirmación: Una vez que se acepta la creencia en la recompensa divina, las personas tienden a buscar y recordar información que confirme su creencia, ignorando o minimizando la evidencia contradictoria (Nickerson, 1998).
                4. Sesgo de anclaje: Las personas a menudo se aferran a sus creencias iniciales, incluso cuando se enfrentan a evidencia contradictoria (Tversky y Kahneman, 1974). La promesa de una recompensa divina actúa como un ancla cognitiva, haciendo que sea difícil abandonar la creencia.
                5. Pensamiento motivado: Las personas pueden distorsionar su razonamiento para mantener creencias que les resulten beneficiosas o reconfortantes (Kunda, 1990). La promesa de una recompensa divina proporciona motivación para aceptar la creencia, incluso en ausencia de pruebas sólidas.

                En resumen, la falacia de la recompensa divina se basa en distorsiones cognitivas como el sesgo de deseabilidad, la heurística de la autoridad, el sesgo de confirmación, el sesgo de anclaje y el pensamiento motivado. Estas distorsiones cognitivas pueden llevar a las personas a aceptar creencias y realizar acciones sin un análisis crítico, simplemente por la promesa de una recompensa sobrenatural o divina.

                Referencias:

                Cialdini, R. B. (2009). Influence: Science and practice (5th ed.). Pearson Education.
                Kunda, Z. (1990). The case for motivated reasoning. Psychological Bulletin, 108(3), 480-498.
                Nickerson, R. S. (1998). Confirmation bias: A ubiquitous phenomenon in many guises. Review of General Psychology, 2(2), 175-220.
                Tversky, A., & Kahneman, D. (1974). Judgment under uncertainty: Heuristics and biases. Science, 185(4157), 1124-1131.

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