El Cambio de Creencias a lo Largo del Tiempo: Un Proceso Natural y Necesario

El cambio de creencias es un fenómeno que ocurre de manera natural a lo largo de nuestras vidas. Este proceso, aunque a menudo se percibe como complejo, es en realidad una parte intrínseca de nuestro desarrollo cognitivo y emocional. Diversas investigaciones en psicología cognitiva han demostrado que nuestras creencias no son estáticas; evolucionan a medida que adquirimos nuevas experiencias y conocimientos.

Las creencias pueden definirse como la aceptación mental o la convicción en la verdad de una idea (Schwitzgebel, 2010). A lo largo del tiempo, nuestras creencias se ven influenciadas por múltiples factores, incluyendo la interacción social, la educación y las experiencias personales. Según Connors y Halligan (2015), el proceso de formación de creencias implica varios niveles de complejidad cognitiva. Estos niveles abarcan desde procesos automáticos y no conscientes hasta evaluaciones conscientes y deliberadas.

En el campo de la psicología cognitiva, se han propuesto varios modelos para explicar cómo y por qué cambian nuestras creencias. Uno de estos modelos sugiere que las creencias pasan por un ciclo de evolución similar al de las estaciones del año. En este ciclo, una nueva creencia se forma, se consolida y eventualmente puede ser reemplazada por otra más relevante conforme cambian nuestras circunstancias y adquirimos nueva información (Connors & Halligan, 2015).

El cambio de creencias también puede ser visto desde una perspectiva de regulación emocional. Las creencias no solo están ligadas a procesos cognitivos, sino que también están profundamente influenciadas por nuestras emociones. La regulación emocional juega un papel crucial en cómo manejamos y modificamos nuestras creencias. Por ejemplo, aprender a manejar el estrés y la ansiedad puede facilitar el proceso de aceptar y adoptar nuevas creencias (Oxford University Press, 2014a).

Comprender y gestionar el cambio de creencias puede tener un impacto significativo en nuestra vida diaria. Ser conscientes de este proceso nos permite ser más flexibles y adaptativos, lo que es crucial para el crecimiento personal y profesional. Al reconocer que nuestras creencias pueden cambiar, podemos abordar los desafíos con una mente abierta y estar dispuestos a reevaluar nuestras suposiciones y prejuicios.

Referencias

Connors, M. H., & Halligan, P. W. (2015). A cognitive account of belief: A tentative road map. *Frontiers in Psychology, 5*, 1588. doi:10.3389/fpsyg.2014.01588

Oxford University Press. (2014a). An Emotion Regulation Perspective on Belief Change. In *The Oxford Handbook of Cognitive Psychology*.

Responsabilidad Afectiva

Las personas que carecen de responsabilidad afectiva suelen presentar ciertos patrones conductuales característicos. Algunos de ellos son:

  • Falta de empatía y dificultad para ponerse en el lugar de los demás y comprender sus emociones.
  • Tendencia a actuar de manera egoísta y centrada en sus propios deseos e intereses, sin considerar el impacto en los demás.
  • Dificultad para establecer y mantener relaciones interpersonales profundas y duraderas.
  • Falta de compromiso y responsabilidad en sus relaciones, tanto románticas como amistosas y familiares.
  • Tendencia a ser poco confiables y no cumplir con sus promesas o compromisos.
  • Dificultad para asumir las consecuencias de sus actos y culpar a otros por sus errores.
  • Comportamiento manipulador y tendencia a utilizar a las personas para satisfacer sus propias necesidades.
  • Falta de remordimiento o culpa por herir o dañar a otros emocionalmente.
  • Dificultad para establecer vínculos emocionales profundos y duraderos.
  • Tendencia a evitar situaciones que requieran un compromiso emocional o responsabilidad afectiva.

Es importante tener en cuenta que estas características pueden variar en intensidad y que algunas personas pueden presentar solo algunas de ellas.

Referencias

Meloy, J. R. (2001). Apuntes sobre la psicopatía interpersonal y afectiva. Editorial Sanz y Torres.

Hare, R. D. (2003). Manual para la Revision de la Escala de Evaluación de Psicopatía Revisada (PCL-R) (2da ed.). Editorial Multi-Health Systems.

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Impacto del matrimonio y el divorcio en el bienestar Infantil

Los estudios sobre el impacto en los niños de padres que se quedaron juntos por ellos en comparación con aquellos cuyos padres se divorciaron indican que la situación puede variar significativamente según varios factores, incluidos el nivel de conflicto y la calidad de la relación de los padres. A continuación, se presentan algunos puntos clave basados en investigaciones recientes:

Matrimonios Infelices y su Impacto en los Niños:

    • Los niños son muy perceptivos y pueden detectar la tensión y el conflicto entre sus padres, incluso si no se expresan de manera explícita. Permanecer en un matrimonio infeliz puede afectar negativamente el bienestar emocional de los niños, llevándolos a experimentar estrés, ansiedad y problemas de comportamiento.

    Comparación de Impactos:

      • En general, los niños de padres divorciados tienden a experimentar más problemas a corto y largo plazo en comparación con aquellos cuyos padres no se divorcian. Sin embargo, los problemas suelen ser más graves si los padres permanecen juntos en un ambiente altamente conflictivo.

      Efectos Negativos de los Matrimonios Infelices:

        • La permanencia en un matrimonio infeliz «por el bien de los niños» puede causar más daño que bien. Ver a sus padres en una relación infeliz tiene consecuencias negativas significativas para los niños, incluida la posible normalización de relaciones insatisfactorias y conflictivas.

        Beneficios de la Separación en Ambientes de Alto Conflicto:

          • En situaciones de alto conflicto, los niños pueden beneficiarse más si los padres se divorcian y gestionan bien la separación, en lugar de permanecer juntos en un ambiente hostil. La gestión activa y saludable de la separación puede ayudar a mitigar los efectos negativos en los niños.

          Problemas a Largo Plazo:

            • Los niños de padres que permanecen juntos en un matrimonio infeliz pueden desarrollar problemas de comportamiento y dificultades en sus propias relaciones en el futuro. Mientras que los niños de padres divorciados también pueden enfrentar desafíos, estos suelen estar relacionados con la estabilidad económica y el ajuste a nuevas dinámicas familiares.

            En resumen, la decisión de quedarse juntos o divorciarse debe considerar el nivel de conflicto y el bienestar general del entorno familiar. En algunos casos, el divorcio gestionado adecuadamente puede ser menos perjudicial que permanecer en una relación conflictiva y poco saludable.

            Referencias

            Freed Marcroft. (2023, October 8). What’s better for kids: Staying in an unhappy marriage or divorce? Retrieved from https://freedmarcroft.com/whats-better-for-kids-staying-in-an-unhappy-marriage-or-divorce/

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              La Psicología y las Psico-obviedades en Redes Sociales: Un Análisis Crítico

              En la era digital, las redes sociales se han convertido en una plataforma poderosa para la difusión de información, incluyendo el campo de la psicología. Muchos psicólogos utilizan estas plataformas para compartir conocimientos, consejos y reflexiones sobre la salud mental. Sin embargo, esta tendencia también ha dado lugar a lo que algunos críticos llaman «psico-obviedades», contenidos que, aunque bien intencionados, pueden simplificar en exceso o malinterpretar conceptos psicológicos complejos.

              La Popularización de la Psicología en Redes Sociales

              Las redes sociales como Instagram, TikTok y Twitter han democratizado el acceso a la información, permitiendo que cualquier persona con un dispositivo y conexión a internet pueda compartir y consumir contenido sobre salud mental. Esto ha tenido efectos positivos, como la desestigmatización de los problemas de salud mental y la promoción de la búsqueda de ayuda profesional. Psicólogos y terapeutas han encontrado en estas plataformas un medio para llegar a un público más amplio, ofreciendo apoyo y recursos accesibles.

              La Psico-obviedad: Simplificación y Sensacionalismo

              Sin embargo, la naturaleza de las redes sociales, que premia el contenido breve y atractivo, puede llevar a la simplificación excesiva de temas complejos. Las «psico-obviedades» son mensajes simplificados y a menudo sensacionalistas que pretenden ofrecer soluciones rápidas y fáciles a problemas profundos y multifacéticos. Frases como «Elimina a las personas tóxicas de tu vida» o «Piensa positivo y todo se resolverá» pueden ser reconfortantes en su simplicidad, pero rara vez capturan la realidad y la complejidad de los desafíos psicológicos.

              Estas simplificaciones pueden ser perjudiciales. Pueden llevar a malentendidos sobre la naturaleza de los trastornos mentales y las soluciones efectivas. Además, pueden trivializar el trabajo riguroso y matizado que los psicólogos realizan en sus consultas. La psicología es una ciencia que se basa en evidencia y un análisis profundo de cada caso individual, algo que no se puede resumir en un tweet o una publicación de Instagram.

              Impacto en la Percepción de la Psicología

              La proliferación de psico-obviedades también puede afectar la percepción pública de la psicología como disciplina. Cuando los conceptos psicológicos se trivializan, se corre el riesgo de que el público pierda el respeto por la profesión y subestime la seriedad y la formación necesaria para practicarla. Además, puede llevar a que las personas busquen soluciones rápidas y desestimen la necesidad de un tratamiento profesional adecuado.

              Responsabilidad de los Psicólogos en Redes Sociales

              Los psicólogos que eligen compartir contenido en redes sociales tienen una responsabilidad ética de hacerlo de manera precisa y profesional. Esto incluye evitar simplificaciones excesivas y proporcionar contexto adecuado para sus afirmaciones. Es importante que se esfuercen por educar al público sobre la complejidad de la salud mental y la importancia de buscar ayuda profesional cuando sea necesario.

              Conclusión

              Las redes sociales ofrecen una oportunidad valiosa para la divulgación de la psicología y la promoción de la salud mental. Sin embargo, es crucial que los profesionales sean conscientes de los riesgos de simplificar en exceso y crear psico-obviedades. La psicología es una disciplina compleja que requiere un enfoque matizado y basado en evidencia. Los psicólogos deben esforzarse por mantener la integridad de su profesión y asegurar que su presencia en las redes sociales contribuya positivamente a la comprensión pública de la salud mental.

              Referencias Bibliográficas

              Foucault, M. (1977). Discipline and Punish: The Birth of the Prison. Pantheon Books.

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              Rosenfield, P. (2014). Communicating Science: A Practical Guide for Scientists. Cambridge University Press.

              Boyd, D. (2014). It’s Complicated: The Social Lives of Networked Teens. Yale University Press.

              Goffman, E. (1959). The Presentation of Self in Everyday Life. Anchor Books.

              Livingstone, S. (2008). Taking Risky Opportunities in Youthful Content Creation: Teenagers’ Use of Social Networking Sites for Intimacy, Privacy and Self-Expression. New Media & Society, 10(3), 393-411.

              Smith, C., & Smith, M. (2018). The Science of Communicating Science: The Ultimate Guide. Springer.

              Turkle, S. (2011). Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other. Basic Books.

              Carr, N. (2010). The Shallows: What the Internet Is Doing to Our Brains. W. W. Norton & Company.

              La Física del Amor: Entendiendo la Analogía del problema de los 3 Cuerpos en las Relaciones Románticas

              La teoría de los tres cuerpos es un concepto fundamental en la física y la mecánica celeste que se refiere a la dinámica de tres cuerpos celestes que interactúan gravitacionalmente entre sí. Esta teoría se utiliza para modelar y predecir los movimientos de sistemas compuestos por tres objetos masivos, como planetas, estrellas o galaxias, bajo la influencia mutua de la gravedad.

              Una de las características más interesantes de la teoría de los tres cuerpos es la existencia de soluciones caóticas, donde las trayectorias de los cuerpos en el espacio pueden volverse impredecibles y altamente sensibles a las condiciones iniciales. Este fenómeno, conocido como caos determinista, fue descubierto por el físico y matemático francés Henri Poincaré a fines del siglo XIX mientras estudiaba el problema de los tres cuerpos.

              En la mecánica celeste newtoniana, las ecuaciones de movimiento para tres cuerpos interactuando gravitacionalmente forman un sistema de ecuaciones diferenciales ordinarias de segundo orden. Aunque es posible encontrar soluciones numéricas para estas ecuaciones utilizando métodos computacionales, resolverlas de forma analítica, es decir, encontrar expresiones cerradas para las trayectorias de los cuerpos en función del tiempo, es extremadamente difícil.

              Con el inesperado éxito de la serie del primer libro de la trilogía de Liu Cixin, refiriéndose a un problema de mecánica orbital, este problema puede utilizarse como una interesante analogía en un ámbito de dinámica social directamente en relaciones de pareja.

              La dinámica de pareja es un complejo entramado de interacciones emocionales, psicológicas y físicas que se desarrollan entre dos individuos. En este contexto, la infidelidad surge como uno de los desafíos más difíciles de enfrentar, afectando profundamente la estabilidad y la confianza en la relación. La teoría de los «3 cuerpos» en física, que describe la interacción gravitacional entre tres cuerpos celestes, ofrece una interesante analogía para comprender esta compleja dinámica.

              El individuo A representa a uno de los miembros de la pareja, con sus propias necesidades, deseos y emociones. El individuo B es el otro miembro de la pareja, con su propia individualidad y perspectiva única.

              La infidelidad puede entenderse dentro de esta analogía como la introducción de un tercer cuerpo en el sistema (individuo C), perturbando el equilibrio establecido entre A, B y su relación. Esta «tercera fuerza» puede manifestarse de diversas formas, ya sea en la forma de una aventura física, emocional o virtual. Al igual que en la física, donde la presencia de un tercer cuerpo altera las órbitas y trayectorias de los otros dos, la infidelidad tiene el potencial de desestabilizar profundamente la relación de pareja.

              La respuesta a la infidelidad puede variar según la percepción y la interpretación de cada individuo involucrado. Algunos pueden experimentar una sensación de traición y pérdida de confianza, mientras que otros pueden verla como una oportunidad para reflexionar y fortalecer la relación. Sin embargo, la presencia de esta «tercera fuerza» inevitablemente desencadena cambios en la dinámica de pareja, que pueden conducir a la reconfiguración de roles, expectativas y límites.

              Así como en la física, donde la interacción entre los tres cuerpos puede generar fenómenos complejos como las resonancias y las órbitas caóticas, en la dinámica de pareja, la infidelidad puede desencadenar una serie de reacciones emocionales y comportamentales impredecibles. La comunicación abierta, la empatía y el compromiso mutuo son fundamentales para abordar estas turbulencias y restaurar el equilibrio en la relación.

              En conclusión, la dinámica de pareja, la infidelidad y la analogía física de los 3 cuerpos ofrecen una perspectiva interesante para comprender la complejidad de las relaciones humanas. Al igual que en el universo, donde las fuerzas gravitacionales moldean el movimiento de los cuerpos celestes, en el mundo de las relaciones, las interacciones entre individuos y la presencia de «terceras fuerzas» pueden dar forma al destino de una pareja. Solo a través del entendimiento, la aceptación y el trabajo conjunto, es posible navegar por estas turbulencias y encontrar un camino hacia la armonía y la conexión verdadera.

              Imagen tres cuerpos influyendo gravitacionalmente entre sí STOCKTREK IMAGES / GETTY IMAGES

              Referencias

              Poincaré, H. (1890). Sur le problème des trois corps et les équations de la dynamique. Acta Mathematica, 13(1), 1-270.

              David Benioff, D.B. Weiss, y Alexander Woo (Guionistas y productores ejecutivos). (2024). El problema de los 3 cuerpos. https://www.netflix.com

              Separar las Creencias Personales del Modelo Terapéutico: Un Imperativo Ético

              En el campo de la terapia, es fundamental que los terapeutas mantengan una distinción clara entre sus propias creencias y valores personales y el enfoque terapéutico que aplican. Mezclar estos dos aspectos puede socavar la integridad del proceso terapéutico y potencialmente causar daño al cliente. En este ensayo, exploraremos las razones por las cuales es crucial que los terapeutas eviten imponer sus creencias personales en la terapia y, en su lugar, adhieran fielmente a los principios y técnicas del modelo terapéutico elegido.

              En primer lugar, el objetivo primordial de la terapia es ayudar al cliente a alcanzar sus metas y abordar sus desafíos de una manera ética y efectiva (Corey, 2017). Cuando un terapeuta impone sus propias creencias o valores, corre el riesgo de desviar la atención del cliente y de sus necesidades específicas. Esto puede llevar a una terapia sesgada y potencialmente ineficaz, ya que el enfoque se centra en las preocupaciones del terapeuta en lugar de en las del cliente.

              Además, los modelos terapéuticos establecidos están respaldados por investigaciones científicas y han demostrado su efectividad a través de pruebas rigurosas (Baer, 2019). Al adherirse a estos modelos, los terapeutas garantizan que están utilizando técnicas y enfoques validados empíricamente, lo que aumenta las posibilidades de un resultado positivo para el cliente. Si un terapeuta incorpora sus propias creencias personales, puede comprometer la integridad del modelo terapéutico y socavar la base científica que lo sustenta.

              Otro aspecto crucial es el respeto por la autonomía y la autodeterminación del cliente (American Psychological Association, 2017). Al imponer sus creencias personales, el terapeuta corre el riesgo de infringir los derechos y la libertad de elección del cliente. Esto puede generar una dinámica de poder desigual y socavar la confianza y la alianza terapéutica, elementos fundamentales para el éxito de la terapia.

              Finalmente, mezclar creencias personales y modelo terapéutico puede plantear problemas éticos y legales (Pope & Vásquez, 2016). Dependiendo de la naturaleza de las creencias impuestas, un terapeuta podría estar violando los códigos de conducta profesional. Esto no solo pone en peligro la relación terapéutica, sino que también puede dañar la reputación y la credibilidad del terapeuta y de la profesión en general.

              En conclusión, es imperativo que los terapeutas mantengan una separación clara entre sus creencias personales y el modelo terapéutico que practican. Al hacerlo, garantizan que la terapia se centre en las necesidades y metas del cliente, que se utilicen técnicas respaldadas por la investigación y que se respete la autonomía y la autodeterminación del cliente. Además, evitan problemas éticos potenciales. En última instancia, esta separación es esencial para mantener la integridad del proceso terapéutico y asegurar el bienestar del cliente.

              Referencias

              American Psychological Association. (2017). Ethical principles of psychologists and code of conduct. https://www.apa.org/ethics/code/

              Baer, R. A. (2019). Evidence-based mindfulness practices for a diverse world. En I. Ivtzan (Ed.), Handbook of mindfulness-based programmes: Mindfulness intervention from education to health and therapy (pp. 35-52). Routledge.

              Corey, G. (2017). Theory and practice of counseling and psychotherapy (10th ed.). Cengage Learning.

              Pope, K. S., & Vásquez, M. J. T. (2016). Ethics in psychotherapy and counseling: A practical guide (5th ed.). John Wiley & Sons.

              El vacío existencial: Los peligros de una vida nihilista

              El nihilismo, la creencia de que la vida carece de significado, valor o propósito inherente, ha sido un tema de debate filosófico y existencial durante siglos. Si bien algunos defienden esta perspectiva como una forma de liberación de las ataduras de la moral convencional y las estructuras sociales, también conlleva peligros latentes que no deben pasarse por alto.

              Uno de los principales riesgos del nihilismo es la potencial falta de motivación y propósito. Al negar la existencia de un sentido trascendental en la vida, los nihilistas pueden encontrarse sumidos en un vacío existencial que socave su capacidad para establecer metas y perseguir logros significativos. Según el filósofo existencialista Jean-Paul Sartre (1946), esta falta de propósito puede conducir a un sentimiento de angustia y desesperación que podría paralizar la acción y el crecimiento personal.

              Otro peligro inherente al nihilismo es el potencial descenso hacia el relativismo moral extremo. Si se rechaza la existencia de valores universales y se considera que todos los principios éticos son construcciones humanas arbitrarias, existe el riesgo de caer en un cinismo moral que justifique acciones dañinas o incluso criminales (Nietzsche, 1887). Esta perspectiva podría socavar los cimientos de una sociedad justa y empática, al tiempo que erosiona la responsabilidad individual y la consideración por el bienestar ajeno.

              Además, el nihilismo puede conducir a un sentimiento de alienación y desconexión con el mundo circundante. Al negar la importancia de los vínculos sociales, las tradiciones culturales y las estructuras comunitarias, los nihilistas podrían experimentar una sensación de aislamiento y falta de pertenencia (Camus, 1942). Esta situación podría tener un impacto negativo en la salud mental y el bienestar emocional, al tiempo que dificulta la construcción de relaciones significativas y duraderas.

              Por último, cabe mencionar el peligro de la apatía y la indiferencia que puede acompañar al nihilismo. Si se considera que la vida carece de sentido y que todas las acciones son igualmente insignificantes, existe el riesgo de caer en un estado de pasividad y desinterés por el mundo que nos rodea (Heidegger, 1927). Esta actitud podría impedir el compromiso con causas sociales, el activismo político o cualquier esfuerzo por mejorar la condición humana y abordar los desafíos globales.

              En conclusión, si bien el nihilismo puede ofrecer una perspectiva filosófica desafiante y una crítica a los sistemas de valores establecidos, también conlleva peligros latentes que no deben ser ignorados. Es crucial que los individuos encuentren un equilibrio entre el cuestionamiento existencial y la preservación de un sentido de propósito, ética y conexión con la sociedad y el mundo que los rodea. Sólo así podrán evitar caer en el vacío existencial y aprovechar plenamente el potencial transformador del pensamiento crítico.

              Referencias

              Camus, A. (1942). El mito de Sísifo. Gallimard.

              Heidegger, M. (1927). Ser y tiempo. Max Niemeyer Verlag.

              Nietzsche, F. (1887). La genealogía de la moral. C.G. Naumann.

              Sartre, J.P. (1946). El existencialismo es un humanismo. Gallimard.

              ¿Amor o dependencia?

              El amor y la dependencia son dos conceptos muy diferentes que a menudo se confunden en relaciones tormentosas y dañinas. Es importante distinguirlos para poder reconocer patrones poco saludables y tomar medidas para construir vínculos más sanos.

              El amor implica una conexión profunda, un apego sano y un deseo genuino de ver feliz y realizado a la otra persona. Implica respeto, confianza, comprensión y aceptación mutuos. En una relación amorosa sana, ambas partes se sienten libres de ser ellas mismas sin temor a ser juzgadas o controladas. Hay espacio para la individualidad y el crecimiento personal.

              Por otro lado, la dependencia emocional es un apego enfermizo y obsesivo que suele derivar de una falta de autoestima y seguridad en uno mismo. La persona dependiente teme perder a su pareja y hace cualquier cosa por complacerla y mantenerla a su lado, incluso sacrificando su propia identidad y bienestar. Esta necesidad de aprobación y validación externas muchas veces conduce a patrones de codependencia, sumisión, manipulación y conductas controladoras.

              En las relaciones tormentosas, la línea entre amor y dependencia se desdibuja peligrosamente. La dependencia emocional suele manifestarse como celos enfermizos, inseguridades, desconfianza, necesidad excesiva de atención y drásticos cambios de humor. Estos comportamientos pueden derivar en abuso verbal, emocional o incluso físico. La persona dependiente puede aferrarse a su pareja aunque la relación sea tóxica e insana, temerosa de perder ese vínculo del cual depende su identidad y autoestima.

              Desde un punto de vista psicológico, la dependencia emocional a menudo tiene raíces en experiencias de la infancia como falta de afecto, abandono, negligencia o apegos inseguros con los cuidadores. Las creencias disfuncionales sobre uno mismo y sobre las relaciones de pareja también pueden alimentar estos patrones adictivos en el amor. El ciclo de la violencia y el abuso también puede dejar cicatrices que aumentan la dependencia emocional hacia el perpetrador.

              Es crucial aprender a diferenciar el amor sano de la dependencia enfermiza. El amor no debería herir ni limitar a las personas involucradas, sino permitirles desarrollarse, crecer y alcanzar su máximo potencial juntas. La terapia, el trabajo en la autoestima y el establecimiento de límites personales son claves para romper el ciclo de las relaciones tormentosas y aprender a amar de una manera más plena y saludable.

              Referencias

              Bornstein, R. F. (2016). The complex relationship between dependency and domestic violence: Converging psychological factors and social forces. American Psychologist, 71(6), 470-481. https://doi.org/10.1037/a0040313

              Feeney, J. A. (2008). Adult romantic attachment: Developments in the study of couple relationships. En J. Cassidy & P. R. Shaver (Eds.), Handbook of attachment: Theory, research, and clinical applications (pp. 456-481). The Guilford Press.

              Lerner, H. G. (1989). The dance of intimacy: A woman’s guide to courageous acts of change in key relationships. Harper & Row.

              Murphy, C. M., & Eckhardt, C. I. (2005). Treating the abusive partner: An individualized cognitive-behavioral approach. The Guilford Press.

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              Young, J. E., Klosko, J. S., & Weishaar, M. E. (2003). Schema therapy: A practitioner’s guide. The Guilford Press.

              Los noviazgos largos: Un análisis de los riesgos potenciales

              Los noviazgos prolongados han sido un tema de debate en la sociedad moderna. Mientras que algunos los consideran una oportunidad para fortalecer los lazos emocionales y prepararse para el matrimonio, otros señalan los peligros inherentes a estas relaciones duraderas. En este post, se analizarán algunos de los riesgos más significativos asociados con los noviazgos largos, respaldados por investigaciones académicas y observaciones sociológicas.

              Uno de los principales peligros de los noviazgos largos es el estancamiento emocional. Según un estudio realizado por Rhoades, Stanley y Markman (2009), las parejas que permanecen en una relación de noviazgo por más de cinco años tienden a experimentar una disminución en la satisfacción y el compromiso. Esta situación puede conducir a una sensación de rutina y falta de crecimiento personal, lo que a su vez puede socavar los cimientos de la relación (Rhoades, Stanley y Markman, 2009).

              Otro riesgo notable es el fenómeno conocido como «inercia relacional» (Knoester y Booth, 2008). Este concepto se refiere a la tendencia de las parejas a permanecer juntas simplemente por la comodidad y la familiaridad, en lugar de hacerlo por una elección consciente y un compromiso genuino. Esta situación puede conducir a un sentimiento de insatisfacción y resentimiento a largo plazo, lo que eventualmente puede llevar al deterioro de la relación (Knoester y Booth, 2008).

              Además, los noviazgos largos pueden presentar desafíos en términos de desarrollo personal y profesional. Según un estudio realizado por Shulman y Connolly (2013), las personas que se comprometen en relaciones de pareja a una edad temprana pueden experimentar una mayor dificultad para establecer una identidad individual y alcanzar sus metas personales. Esta situación puede generar tensiones y conflictos dentro de la relación, lo que podría socavar su estabilidad a largo plazo (Shulman y Connolly, 2013).

              Por último, es importante mencionar los riesgos financieros asociados con los noviazgos largos. Muchas parejas optan por cohabitar o incluso adquirir propiedades conjuntas durante este período, lo que puede conducir a complicaciones legales y económicas en caso de una eventual ruptura (Brinig y Garrison, 2008). Esta situación puede ser particularmente desafiante para aquellas parejas que no han establecido acuerdos claros sobre la propiedad y las responsabilidades financieras (Brinig y Garrison, 2008).

              En conclusión, si bien los noviazgos largos pueden ofrecer beneficios emocionales y la oportunidad de construir una base sólida para una relación duradera, también conllevan riesgos significativos que no deben ignorarse. Es fundamental que las parejas sean conscientes de estos peligros y tomen medidas proactivas para abordarlos, como mantener una comunicación abierta, fomentar el crecimiento individual y establecer acuerdos claros sobre los aspectos prácticos de la relación.

              Referencias

              Brinig, M. F., y Garrison, M. (2008). Cohabitación, matrimonio y divorcio: Una perspectiva económica. Cambridge University Press.

              Knoester, C., y Booth, A. (2008). La inercia relacional y la disolución de la cohabitación y el matrimonio. Revista de Familia, 69(2), 267-278.

              Rhoades, G. K., Stanley, S. M., y Markman, H. J. (2009). El impacto del noviazgo prolongado en el matrimonio y el compromiso. Journal of Family Psychology, 23(5), 728-738.

              Shulman, S., y Connolly, J. (2013). El desafío del desarrollo romántico: Situación, identidad y normas. Avances en el desarrollo del niño y del adolescente: Un manual anual, 45, 109-151.

              La trampa de la codependencia: Reconociendo y desmantelando los comportamientos adictivos en las relaciones interpersonales

              La codependencia se caracteriza por una preocupación excesiva por las necesidades de los demás, a expensas de las propias necesidades. Las personas codependientes a menudo tienen una autoestima baja y una sensación de falta de control sobre sus vidas (Beattie, 2009). Pueden sentirse responsables por el bienestar de los demás y tratar de controlar o cambiar a su pareja o familiares, en lugar de concentrarse en su propio crecimiento personal (Whitfield, 1991).

              La codependencia a pesar de no estar clasificada como un trastorno mental por sí misma, contempla un comportamiento en el cual alguien manifiesta una excesiva, y a menudo inapropiada, preocupación por los problemas de otra persona o de un colectivo.

              El codependiente asume un rol arquetípico mesiánico que invade todas las áreas de su vida y suele olvidarse de sí mismo y sus necesidades gradualmente para centrarse en los problemas del otro (su pareja, un familiar, un amigo, una causa social, etc.). Por ello, es muy común que se relacione con gente «problemática», justamente para poder rescatarla y crear de este modo un lazo que los una. Así es como el codependiente, al preocuparse por el otro, olvida sus propias necesidades y cuando la otra persona no responde como el codependiente espera, éste se frustra y se deprime. Con su constante ayuda, el codependiente busca generar, en el otro, la necesidad de su presencia, y al sentirse necesitado cree que de este modo nunca lo van a abandonar. Esta condición es grave ya que al no sentirse correspondido puede hacerse daño a sí mismo e incluso a la otra persona.

              Es muy común que en una relación el codependiente no pueda o le sea muy difícil poner límites y sencillamente todo lo perdone, a pesar de que la otra persona llegue a herirlo de manera deliberada. Esto es simplemente porque el codependiente confunde la «obsesión» y «adicción» que siente por el otro con un inmenso amor que todo lo puede. Por ende, el codependiente es incapaz de alejarse por sí mismo de una relación enfermiza, por más insana que ésta sea; y es muy común que llegue a pensar que más allá de esa persona se acaba el mundo, hasta que reconoce su condición psicológica y el codependiente decide hacer algo para cambiar la manera en que vive y así, terminar con la codependencia o no volver a generar su codependencia en otras personas o en futuras relaciones sociales.

              Algunos de los síntomas comunes de la codependencia incluyen:

              • Tener una visión distorsionada de uno mismo y de los demás
              • Preocuparse excesivamente por complacer a los demás
              • Sentirse responsable por el comportamiento de los demás aunque estas personas tengan comportamientos tóxicos o abusivos.
              • Tener dificultades para establecer límites saludables (aceptando maltratos físicos o psicológicos)
              • Tener una tendencia a negar o minimizar los problemas (Beattie, 2009)

              La codependencia a menudo se desarrolla en familias con problemas como el alcoholismo, la adicción o el abuso, donde los niños aprenden a satisfacer las necesidades de los demás antes que las suyas propias (Mellody, Miller, & Miller, 2003).

              A su vez para que se mantenga en el tiempo una conducta codependiente el otro protagonista debe manifestar un comportamiento dependiente ya que estas dinámicas se retroalimentan.

              Referencias:

              Beattie, M. (2009). Codependent no more: How to stop controlling others and start caring for yourself. Hazelden Publishing.

              Mellody, P., Miller, A. W., & Miller, J. K. (2003). Facing codependence: What it is, where it comes from, how it sabotages our lives. Harper San Francisco.

              Whitfield, C. L. (1991). Co-dependence: Healing the human condition. Health Communications, Inc.