Conexiones cerebrales y afectivas: la neurociencia de las relaciones familiares.

Investigaciones científicas muestran que las hormonas como la oxitocina, la dopamina y la serotonina juegan un papel clave en el apego y los vínculos afectivos (Young & Wang, 2004). La oxitocina, conocida como la «hormona del amor», se libera con el contacto físico y está relacionada con la confianza y el altruismo.

Otros neurotransmisores como la dopamina se asocian al sistema de recompensa del cerebro y contribuyen a mantener relaciones gratificantes a largo plazo (Acevedo et al., 2012). La serotonina regula el estado de ánimo y ayuda a manejar emociones como la ira o la frustración.

Comprender estos mecanismos cerebrales puede ayudarnos a cultivar hábitos saludables en la familia, expresar afecto positivo, manejar conflictos y fomentar empatía con la pareja e hijos. Un ambiente estable y amoroso permite que el cerebro segregue neuroquímicos beneficiosos para las conexiones afectivas (Feldman, 2012).

En mi experiencia como asesor de bienestar emocional, incorporar conocimientos de neurociencia a la consejería familiar brinda estrategias prácticas para fortalecer los vínculos y prevenir problemas en las relaciones cercanas. Con pequeños cambios y consciencia, podemos estimular nuestro cerebro para generar bienestar en la familia.

Referencias

Acevedo, B. P., Aron, A., Fisher, H. E., & Brown, L. L. (2012). Neural correlates of long-term intense romantic love. Social Cognitive and Affective Neuroscience, 7(2), 145–159. https://lnkd.in/em5rUiZb

Feldman, R. (2012). Oxytocin and social affiliation in humans. Hormones and Behavior, 61(3), 380-391. https://lnkd.in/eEAPJ3PZ

Young, L. J., & Wang, Z. (2004). The neurobiology of pair bonding. Nature Neuroscience, 7(10), 1048–1054. https://lnkd.in/ea8f9Myx

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